Cementerio Municipal de La Serena

Ubicación:

Está en la dirección General Novoa sin número, sector La Antena de La Serena.

Reseña Histórica:

En la sociedad colonial se creía que el cementerio constituía el espacio sagrado (camposanto) al que llegaban a descansar los integrantes de la grey, por ello, el lugar por excelencia para las inhumaciones eran, las iglesias o sus terrenos adyacentes. Ser enterrado intramuros, significaba asegurar la salvación del alma, por lo mismo era costumbre no colocar placas recordatorias, para identificar el sitio específico en el que se encontraba el cuerpo del fallecido, porque éste, ocupaba un lugar secundario en el imaginario funerario. En La Serena, uno de los principales terrenos eran los colindantes a la actual Catedral y al costado de la, entonces, capilla Santa Inés, destinada a los habitantes más pobres.

Si bien, al inicio las iglesias autorizaban sólo los entierros a los miembros de la realeza, nobles, jerarquía eclesiástica y a hombres de fe, ricos, honrados y virtuosos, con el tiempo, bastó poseer los recursos económicos suficientes, para ser sepultado en los recintos religiosos. Así los preceptos teológicos y jurídicos que regían el ceremonial mortuorio colonial, fueron perdiendo el sentido doctrinal original, debido al esfuerzo de los parientes por reflejar el estatus social del personaje. Se produjo con ello, un aumento de los cadáveres en los recintos religiosos, junto al hecho que los cuerpos eran sepultados sin mayores cuidados higiénicos, como ataúdes poco herméticos, fosas superficiales o uso insuficiente de cal para evitar que los olores de la putrefacción no emanaran hacia el interior del templo, donde diariamente concurrían a misa los devotos, provocando con ello infecciones y, en ocasiones, epidemias.

La connotación netamente religiosa de este tipo de sepultura comenzó a perderse, a la vez que las necesidades de higiene pública se hicieron más urgentes. El deterioro de las prácticas simbólicas en el camposanto, afectaron de tal modo, que se hizo indispensable el accionar estatal, que buscando mejorar las condiciones del entierro de cadáveres, contribuyó al introducir el germen del cambio, en el conjunto de las actitudes de los vivos hacia la muerte. Entonces, el «lugar de la muerte», fue desplazado extramuros de la Iglesia, en un proceso lento y de larga duración, en que la mentalidad católica-barroca, perdió progresivamente terreno, pero que igualmente mantenía la hegemonía del imaginario social de los chilenos del siglo XIX.

Por estas razones, hacia 1819, las autoridades de la época (Municipalidad y Senado), se reunieron con el objetivo de abordar un decreto que ordenara la construcción de un cementerio. No obstante, no fue hasta 1842 cuando se comenzó a levantar el actual cementerio, nombrándose una comisión para recolectar donaciones voluntarias para su concreción. Su emplazamiento definitivo se realizó en el oriente de la ciudad, sobre la meceta del cerro denominado Santa Lucía, en un terreno cedido gratuitamente por Joaquín Vicuña Larraín gracias a las gestiones de Juan Melgarejo, entonces Intendente de la Provincia. La primera persona sepultada en este cementerio fue Gregorio Cordovez el 6 de Agosto de 1846.

Entrada actual del cementerio. © El Observatodo

Descripción:

Actualmente, en este cementerio se encuentran sepultadas 150 mil personas aproximadamente, constituyendo sus lápidas y sus historias un gran interés patrimonial, además de alrededor de 100 estatuas de interés artístico, algunas elaboradas con mármol de Carrara.

Fuente de información:
1. Libro Guía histórica, cultural y arquitectónica de la ciudad de La Serena
2. Entrada en Archivo Nacional de Chile
3. Reseña histórica de la Corportación Municipal Gabriel González Videla