Artista: Armindo Cardoso
Curatoría: sin información
Fecha: 2017
Reseña escrita por Cleyton Cortés Ferreira.
“La tierra para el que la trabaja” fue una exposición del fotógrafo Armindo Cardoso en las salas de exposiciones temporales del Museo Histórico Regional Gabriel González Videla de La Serena. Este fotógrafo llegó a Chile en el año 1969 para observar los grandes eventos e hitos del gobierno de la Unidad Popular y el Chile de los 70’. Cuando vino el Golpe de Estado en 1973, Armindo Cardoso se asiló en la Embajada de Venezuela en Chile para salir con destino a Francia. Pero antes de hacerlo, enterró toda su colección de negativos en un lugar seguro, luego se rescataron y actualmente constituye un material de altor valor histórico y de memoria para Chile. Desde el año 2013, dicha colección es parte del Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional de Chile.

Durante décadas la sociedad rural chilena mantuvo una estructura agraria tradicional, fundada en el predominio del gran latifundio y una jerarquía social rígida, autoritaria y paternalista como herencia de la repartición y de la Encomienda de la Conquista y la Colonia.
Desde principios del siglo XX comenzaron las demandas por una reforma agraria evidenciado por la emigración de cientos de campesinos a las ciudades y una profunda crisis rural caracterizada por su incapacidad productiva, siendo necesario, en los años cincuenta, la importación de alimento.
Al comenzar la década de los sesenta, la presión por una reforma agraria volvió a manifestarse en la sociedad chilena. Esta vez contó con el apoyo de la Iglesia Católica que repartió sus propias tierras entre los campesinos. En 1962, el gobierno de Jorge Alessandri promulgó la primera ley de Reforma Agraria N°15.020, la que permitió redistribuir tierras estatales entre campesinos y organizar instituciones fiscales para llevar a cabo la reforma en el campo.


Posteriormente, el gobierno de Eduardo Frei Montalva dio gran impulso al proceso reformista y bajo el lema “la tierra para el que la trabaja” buscó la modernización del mundo agrario mediante la redistribución de la tierra y la sindicalización campesina. Sobre una base legal se afectaron más del 23% de la tierra regada del país.
La exposición está compuesta de fotografías en blanco y negro que iconográficamente se pueden organizar en dos grupos: escenas colectivas y escenas individuales. Las primeras pretenden mostrar la masividad de la participación campesina en el proceso reformista, ya sea en espacios urbanos o rurales, en las calles o en el interior de un inmueble, mediante concentraciones, asambleas o cursos de capacitación; se podría decir que retratan al campesinado como un actor social e histórico. Mientras que las segundas presentan el detalle de personas y contextos particulares, tanto a niños como mayores, hombres o mujeres, en la feria o en la tierra; retratan a campesinos y campesinas, biografías que muestran la intimidad y a cada persona siendo componente de la colectividad campesina.


En cuanto a la composición, se pueden identificar diversos planos según la intensión comunicativa del autor.
Por ejemplo, hay fotografías donde la cámara está en altura y mediante un picado da perspectiva a la concentración de personas, mostrando la existencia de una “multitud”.

En la siguiente fotografía, la cámara está en una posición normal o frontal con un plano medio de las personas retratadas, centrando la atención, más que en indicar a la multitud, en quiénes la componen, en las “personas”. Sin embargo, esta sigue siendo plural, es decir, no individualiza en una persona, sino que sigue mostrando el carácter numeroso de la escena. Sigue siendo un grupo, no una persona.

Mientras que en la siguiente fotografía el encuadre vertical es un plano general en una posición frontal de la cámara, centrándose en la persona del niño con el entorno que le rodea, en este caso, la feria. Con ella, se nos descubre al niño como trabajador, en medio del puesto de vegetales, pues el espacio de paseo y de compra es el pasillo, tal como lo circulan las personas del fondo.

A diferencia del ejemplo anterior, aquí no sabemos ni el tamaño de la feria ni si hay muchas o pocas personas, pues esa no era la intensión comunicativa del autor con esta fotografía.
El gobierno de Salvador Allende continuó el proceso de reforma agraria, utilizando los instrumentos legales promulgados por el anterior gobierno, con el fin de expropiar los latifundios y traspasarlos a la administración estatal, cooperativas agrícolas o los asentamientos campesinos. Este proceso también estuvo acompañado de una gran efervescencia campesina que se expresó en la ocupación o tomas masivas de predios, generándose enfrentamientos en el mundo rural entre antiguos propietarios y campesinos. El proceso abarcó todo el país y benefició a 39.869 familias.

En las dos décadas siguientes, el modelo neoliberal irrumpió en el mundo rural, produciéndose el traspaso de la tierra a los nuevos capitalistas, quienes tecnificaron la producción agrícola y proletarizaron al campesinado.
A mi juicio, esta exposición es una invitación a pensar la política de nuestro país. Actualmente existe una alta abstención electoral y una crítica generalizada a la labor realizada por la clase política que no es capaz de representar los intereses de la sociedad, pero a la vez esta se encuentra fragmentada y desarticulada, sin poder responder autónoma, masiva y programáticamente a esta situación. Estas fotografías son un recordatorio de que son posibles los cambios sociales protagonizados por personas comunes y corrientes pero, para lograrlo, es necesario restituir los vínculos sociales de la comunidad para organizarse y actuar colectivamente.
