Iglesia de Santo Domingo

Ubicación:

Calle Cordovez esquina avenida Pedro Pablo Muñoz, frente a la Plaza Santo Domingo y cercano a la Plaza de Armas de La Serena.

Reseña Histórica:

En 1613, al establecerse la Orden de los Dominicos, se inicia la construcción de este templo durante la primera mitad del siglo XVII. La tradición señala a esta iglesia como baluarte de los serenenses en sus luchas por repeler el ataque de piratas y corsarios.

Según el cronista Manuel Concha, este primer templo fue atacado e incendiado por el pirata Bartolomé Sharp y luego por los vecinos serenenses para obligar salir al pirata Edward Davis que se había refugiado en el templo, quedando semidestruido por muchas décadas al igual que el convento. Demoró su reconstrucción por falta de recursos económicos, problema que se solucionó hacia 1755 , al ser nombrado superior de la casa el padre Fray Domingo Meneses, que estaba emparentado con familias de la ciudad y que logró continuar con la Iglesia y tuvo la ocasión de inaugurarla en 1775.

La fecha de inauguración parece confirmarse por una inscripción numérica encontrada en el coro alto que fue encontrada durante las tareas de reparación de la iglesia durante el siglo XX. Según Manuel Concha, esta iglesia era de una sola nave que medía 53 varas de longitud por 8 varas de altitud y tenía un órgano y la mayor campana de la ciudad. La sacristía media 14 varas de largo y cinco de ancho, el claustro era espacioso pero estaba en mal estado. Esta edificación tenía un campanario la usanza de las iglesias barrocas, pero fue destruido por un violento temporal el 20 de julio de 1798. La mayor parte de su torre reloj fue deteriorada y a solicitud del procurador Fernando de Aguirre y el cabildo comisiona al alarife Crisanto guerra la contrición de un nuevo campanario que fue concluido en 1799. Este campanario estuvo en funciones hasta mediados del siglo XIX, época en que el arquitecto Juan Herbage, de origen francés, construyó el actual.

A principios del siglo XX (1906-1911) se emprendió una renovación del templo que incluyó el recubrimiento de las fachadas con hormigón y la construcción de una nueva torre. Esta torre, lateral a la fachada, es de hormigón con una planta octogonal y rematada por una cúpula circular. En elevación se puede ver que cada lado del octogono está compuesto por tres niveles de arcos, el inferior con dos arcos de medio punto inscritos, el del medio con tres y el superior con seis. A mediados del siglo XX, la Iglesia fue restaurada por el arquitecto Eduardo Arancibia y el maestro cantero Luis Núñez. Los trabajos consistieron en la remoción del revestimiento de hormigón de la fachada, volviendo a la piedra original y a la reparación de la torre. Fue declarada Monumento Nacional en el año 2001.

Para profundizar lo anterior, cabe decir que el templo y el convento sufrieron grandes transformaciones a mediados del siglo XX, época en que se le dio su actual fisonomía. Por una parte se demolió el antiguo convento lateral, construido en adobe, con una portada de piedra triangular, que ostentaba los símbolos de la orden y armonizaba perfectamente con el frontis de la iglesia, y se sustituyó por una construcción de concreto armado de estilo neocolonial en el marco del Plan Serena, pero se preservaron elementos heráldicos de la orden que antiguamente estaban en la portería de piedra que daba acceso al claustro dominico y se colocaron en el dintel de la actual puerta que da hacia el patio de la gruta de Lourdes.

Por otra parte, el interior del templo sufrió fuertes transformaciones entre 1958 y 1963, dirigidas por el arquitecto Eduardo Arancibia y el ingeniero Alfonso Díaz Ossa. En esta época, se demolió el coro alto original que era un voladizo sobre la puerta de entrada del templo. Este estaba sostenido por 8 canes tallados y dorados con motivos florales que terminaban en querubines barrocos primorosamente tallados. En su lugar se construyó un nártex que separa la puerta principal del resto de la iglesia, formando un hall de entrada. Sobre este se encuentra actualmente ubicado el coro.

Para conectar el hall con el interior de la nave se construyó una mampara de fierro, vidriada, bajo un arco de medio punto, y dos puertas laterales Igualmente se remplazó el cielo de bóveda del templo por uno raso y sobre el se instaló un artesonado falso. En este se distribuyeron seis de los canes con tallas barrocas, provenientes del coro. Además se retiró el estuco interior, dejando la piedra a la vista y se transformaron las ventanas, sustituyendo las de madera original del templo por otras semicirculares de fierro con vidrieras. El piso igualmente fue retirado, colocando en su lugar uno de baldosas. En esta transformación del templo se sustituyeron los altares de madera por otros labrados en piedra caliza, entre ellos el altar mayor, remodelado el siglo pasado y los púlpitos, que se reemplazaron por ambones de piedra, igualmente el balaustre del presbiterio y los confesionarios que se realizaron en el mismo material.

Descripción:

La iglesia es parte del perfil urbano poniente de la ciudad. Es de estilo clásico manierista. Dos pilastras enmarcan el acceso, sobre las cuales un frotón quebrado da lugar a una pena que sostiene una imagen de la Virgen del Rosario. Los materiales para su construcción fueron traídos de las canteras de piedra caliza de Alto Peñuelas y de la primitiva iglesia y las maderas de lugares más lejanos.

Destacan su fachada de piedra caliza con una gran puerta de cedro. La torre fue construida durante el siglo XIX, distinta del estilo general del templo (estilo ecléctico). Al costado de la entrada poniente, se ingresa a la gruta de Lourdes, instalada como un voto de de las vecinas de la ciudad en el año 1907 como petición de clemencia para que no se saliese el mar. Sobresale un artístico conjunto de piedra, que tenía por objeto la ubicación de un lavamanos de piedra que, según algunos estendidos, es el monumento más antiguo de la ciudad. Los tallados antiguos de las vigas que sostienen el coro y la fuente tallada en piedra de la sacristía, poseen un gran valor artístico, como también la imagen de la virgen del Rosario en madera probablemente de origen quiteño.

  • Exterior:

La fachada está formada por dos pilastras con su correspondiente cornisa, frontón cortado y nicho para el santo patrono. Todo labrado en la piedra primitiva del muro y que corresponde en cuanto a decoración y proporción a las obras que por aquella época se ejecutaban en La Serena y en otros puntos del país.

  • Interior:

Además de lo dicho en párrafos anteriores, se puede mencionar que, como evidencia o huellas de intervenciones anteriores, es posible observar arcos ojivales sobre los actuales arcos de medio punto que se encuentran en los muros laterales de la iglesia.

  • Torre lateral:

A pesar de ser de construcción posterior e independiente del resto de la edificación, no se impone en exceso sobre la volumetría del conjunto y a la plazoleta que lo enfrenta. Posee una estructura poliédrica de madera, para sostener la campana más grande de los templos de La Serena.

  • Patio interior:

En el patio interior se halla una gruta de la Virgen de Lourdes, restos de las basas del antiguo convento y una pila bautismal de piedra de estilo barroco andino del siglo XVII que antiguamente estaba ubicada en la sacristía.

  • Pila bautismal:

Un elemento de carácter genuinamente barroco andino es la pila bautismal que estaba en el interior de la sacristía. Esta pila barroca en conjunto con los escudos de la orden que se encuentran colocados en un costado y el escudo de piedra de la Iglesia de San Francisco son las esculturas más antiguas de la ciudad de La Serena y formaron parte de la primera construcción de la iglesia. Su motivo central esta compuesto por dos tazas de piedras superpuestas, ambas decoradas con un motivo que pueden ser hojas o plumas las que se adaptan simétricamente a la forma del recipiente.

Fuente de información:
1. Publicación del blog «Chile Iglesias Católicas»
2. Publicación del Consejo de Monumentos Nacionales
3. Daniela Herrera. Investigación Arquitectónica. Tranes
4. Libro «La Serena. Ruta de las iglesias y religiosidad»
Fotografías:
1. Walter Foral Liebsch
2. Ilustre Municipalidad de La Serena
3. Daniela Herrera. Investigación Arquitectónica. Tranes